«¿Qué acaso la facilitación, el entrenamiento y la capacitación no son lo mismo?» A la hora de interactuar con los clientes, esta es una de las preguntas más frecuentes que he recibido. Y me encanta escucharla, porque me permite profundizar y describir los distintos valores que cada una de esas profesiones trae para un individuo y una organización. A continuación, cómo responder a esta pregunta y cómo les muestro a los demás las diferencias.
La diferencia entre la facilitación y la capacitación:
En primer lugar, y tomando información del sitio web de la Asociación Internacional de Facilitadores (IAF por sus siglas en inglés), se describe una clara separación entre el contenido y el proceso:
Facilitadores: enfocados en el proceso, mientras que los participantes proporcionan el contenido. La función del facilitador es ayudar al grupo a administrar el conocimiento que tienen para lograr los resultados deseados (decisión, plan de acción, resolver un conflicto, etc.).
Formadores: gestionan el proceso y el contenido. Normalmente traen experiencia de contenido o contenido específico que necesitan cubrir y tienen que garantizar que los participantes salen con el cumplimiento de una serie de objetivos de aprendizaje.
Un artículo de Barbara MacKay enumera una serie de diferencias importantes entre la formación y la facilitación.
¿Puedes adivinar qué se aplica a la facilitación y qué a la formación?
– Pensamiento versus aprendizaje
– Jerárquico versus colaborativo
– Aplicación versus la comunicación
– Lineal versus flexible
– Largo plazo versus inmediato
El primer conjunto de características es parte de un proceso de formación. ¿Las identificaste correctamente?
Al final, la formación pretende generar habilidades/conocimientos/actitudes en los participantes que están predefinidos por una persona/grupo/organización con la autoridad y conocimiento y que ha sido aprobada para su entrega.
Por revisar mayores diferencias entre los tres – Rosanna von Sacken enumera las similitudes y diferencias en su artículo ¿Coach, facilitador y Mentor – quién está haciendo qué? (artículo en inglés)
Donde las líneas se tornan borrosas:
El principal reto, como señala Guila Muir, es que los realmente buenos capacitadores parece que hacen del proceso de aprendizaje en grupo algo muy sencillo, como un facilitador (de ahí algunas de las confusiones con el nombre y que algunos utilicen el término facilitación de proceso y facilitación de aprendizaje de manera intercambiable aunque son muy distintos).
Además, los facilitadores, coaches y capacitadores todos comparten algunas competencias y habilidades comunes, tales como el hablar en público, el manejar grupos y el hacer buenas preguntas, por mencionar tan sólo algunas. Así que aquí es donde surgen las confusiones.
«He encontrado también que muchos directivos tienden a pensar que la capacitación va a resolver todos sus problemas, desde la falta de motivación de hasta el desempeño de las ventas.»
Pero todo esto no es un debate nuevo. Hace casi 20 años, Wild Shambaugh, Isberg y Kaul hicieron una magnífica presentación sobre este mismo tema en la reunión anual de la IAF de 1999 en Williamsburg, Pensilvania en los Estados Unidos e hicieron un muy buen trabajo al definir las diferencias entre las tres disciplinas.
Lo que me gustaría compartir con ustedes no es tanto cómo describir las diferencias sino cómo mostrar a un cliente (o un grupo) cuando utilizar los diferentes enfoques para resolver un problema maximizando el retorno.
¿Cómo demostrar las diferencias de los tres conceptos a un cliente?
Antes que nada, le pido al cliente que haga una lluvia de ideas sobre los desafíos a los que se enfrenta él y su área/organización. Una vez que tengamos esto, le explico el siguiente gráfico:
En el eje de las X, tenemos conocimientos divididos en internos y externos. En el eje de las Y, tenemos ya sea que el reto sea a nivel del individuo o de un grupo.
Una vez que he explicado los cuatro diferentes elementos de esta matriz al cliente, le permito el ubicar los problemas/desafíos dentro de la misma. Algunas cuestiones pueden exigir un estricto enfoque facilitado así que lo ubicaríamos en la esquina superior izquierda de la matriz, mientras que otros pueden necesitar mentoría o coaching.
Cuando el cliente ubica un reto en un lugar que creo que no es el adecuado, entonces le hago preguntas sobre cómo llegó a esa conclusión. En la mayoría de los casos al ir respondiendo las preguntas se dan cuenta de que tal vez no es la mejor opción y re-ubican el problema en el cuadrante apropiado de la matriz.
Tengo que añadir que una matriz puede ser engañosa, ya que puede sobre simplificar un problema complejo. La mayoría de las situaciones complejas requieren un enfoque con múltiples estrategias, utilizando las diferentes profesiones en diferentes momentos. Por ejemplo, un moderador puede tener que «cambiar de sombreros» con el fin de entrenar al grupo para que pueda ser mucho más eficiente durante una discusión colaborativa. Por ejemplo al capacitar al grupo sobre una metodología de planificación estratégica, tal como el Business model canvas, sin esa capacitación el grupo no estaría en condiciones de hacer su trabajo.
Espero que esta herramienta te ayude a contestar esa pregunta y educar a los demás en las diferencias.
FUENTE:
Publicación original (en inglés): Global Flip Chart – Revista Digital de la Asociación Internacional de Facilitadores #9 Septiembre 2017.
https://www.iaf-world.org/site/global-flipchart/9/coaching-training